lunes, 12 de mayo de 2008

Temas importantes:

1. LA FIESTA JUDÍA DE PENTECOSTÉS: Los judíos constituyeron un pueblo muy festivo, muchas fiestas celebraron con algarabía a lo largo del año por motivos diversos. Pentecostés era un fiesta del campo, la fiesta de la cosecha, motivo suficiente para dar gracias a Dios. Se celebraba siete semanas después de los primeros frutos, de allí su nombre, pues siete por siete más uno nos da cincuenta. La época de la celebración más o menos coincide con los meses de mayo y junio, según nuestro calendario, pero no había una fecha fija. Con el correr del tiempo los judíos comenzaron a celebrar también es esta fiesta la alianza con Dios y la ley.

2.PENTECOSTÉS: El acontecimiento de Pentecostés, narrado en el capítulo segundo, significó la transformación interior para los apóstoles. Ellos había vivido tres años con Jesús, y habían presenciado grandes portentos, pero "su día", el que cambió sus vidas redicalmente, fue el día de Pentecostés. Desde entonces reconocieron que ya no tenían a Jesús con ellos, sino algo mucho más grande: ¡Tenían a Jesús dentro de ellos! Y sus dudas y temores se convirtieron en fe y valor, sin miedo a nadie ni a nada, viviendo la vida de Cristo, con el mismo poder de Jesús, con el poder del Espíritu. Fue una "experiencia" interna, pero también "externa", algo que los demás podían ver y sentir, de tanto gozo que tenían, los que los veían creían que estaban "borrachos".

Con la experiencia de Pentecostés nace la Iglesia. Frente a la experiencia de Babel(de idolatría, de incomunicación y de dispersión), la experiencia de Pentecostés lo es de fe, de comunión y de reunión.

3. LAS PRIMERAS COMUNIDADES CRISTIANAS: El libro testimonia algunos párrafos dedicados a las primeras comunidades cristianas. La vida de estos cristianos es la maravilla más excelsa de la acción del Espíritu Santo:

- Eran asiduos a la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones. Todos iban al templo a diario, a alimentarse de la Palabra y del Cuerpo del Señor.

- Como resultado, la muchedumbre de los que creían tenían un corazón y na sola alma, y ninguno tenía por propia cosa alguna, antes todo lo tenían en común. No había entre ellos indigentes, pues cuantos eran dueños de casas o haciendas las vendían, y depositaban el precio de lo vendido a los pies de los apóstoles, y a cada uno se le repartía según su necesidad.

- Como resultado final, el Señor aumentaba cada día el número de los creyentes.

La tradición viva de la iglesia ha visto en los rasgos de la comunidad cristiana primitiva el modelo de lo que debe ser toda comunidad cristiana: la enseñanza de los apóstoles, la comunión, la fracción del pan, las oraciones, muchos prodigios y señales, la comunión de bienes.

4.DONES Y FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO: Para que el cristiano pueda luchar, el Espíritu Santo le regala sus dones y éstos a su vez se transforman en frutos meritorios por gracia de DIos. Tradicionalmente se habla de siete dones y doce frutos. Son sólo números simbólicos, pues el siete indica perfección; y el doce, totalidad. No podemos poner límites al Espíritu, sus dones y frutos son infinitos.

CIENCIA: es el don del Espíritu Santo que nos permite acceder al conocimiento. Es una facilidad para distinguir entre lo verdadero y lo falso.

CONSEJO: hace que al momento de escoger, optemos por lo que más nos conviene, inspira lo que se debe hacer y cómo se debe hacer, lo que se debe decir y cómo se debe decir, lo que se debe evitar, y lo que se debe callar.

FORTALEZA: es el don que el Espíritu Santo concede al fiel, una ayuda sobrenatural que permite perseverar en medio de las dificultades de la vida.

INTELIGENCIA: es el don del Espíritu Santo que nos conduce a leer dentro de las cosas hasta comprender lo que ellas son.

PIEDAD: el corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente. El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don de la piedad, que el Espíritu Santo derrama en nuestros corazones.

SABIDURÍA: Se trata de sentir gusto o sabor, de saber apreciar lo que vemos, lo que contemplamos de la obra divina.

TEMOR DE DIOS: es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que lo debemos todo a la misericordia divina. Se trata de evitar cualquier tipo de pecado para no ofender el amor de Dios.

Por otro lado, los frutos del Espíritu Santo son: caridad, gozo, paz, paciencia. longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fe, modestia, continencia, castidad.

0 comentarios: